El Niño Yuntero

Cuando pienso en cómo puedo describir la tarde de hoy............ ni siquera pienso en cómo fue, sino en cómo hoy recién sentí respirar cerca mío la resiliencia. Palabra difícil de pronunciar y probablemente aún más difícil de internalizar. Tal como la foto fue como los viví........ ante magna dulzura, inútil fue tratar de comprender que el dolor vivido hubiese quedado atrás. No es esta la oportunidad de describir hechos acontecidos en tu infancia, pero ciertamente por relatos de familiares, puedo certificar la dolorosa y desnuda niñez que viviste, la anulación a la que fuiste sometido, la ausencia que acompañó tu vida, la soledad de niño de campo que circuló por tu sangre, el adn tuyo tan olvidado y odiado. Así fue como hoy te ví.............. dándole absoluto curso a tu vida de hombre casado con un hijo a quién probablemente le toque vivir un dolor espeso, un dolor profundo, un dolor que roe el alma, un dolor angustiante y que a veces te extralimita. No puedo imaginarte de otra forma........................ en tu rostro reconocí el superado pasado, cuando dijiste: este soy yo, porque no tengo zapatos. Yo no tenía zapatos !!..... -acto seguido- ...... no tengo fotos de cuando era niño !!! -con gran sonrisa en tu cara.
Entonces pienso: quién me puede decir hoy lo que es resiliencia???????........................................ Es necesario vivir para contarlo.

Para ellas......

Y me rodean amigas altas, bajas, guapas y feas

resistentes pero desarmadas, buenas y malas

y algun que otro día sólo cansadas.

A toda prueba, viejas como la esfinge y nuevas nuevas.

Les gusta ser tan altas como la luna;

pero también volverse pequeñitas como aceitunas.

Que transforman lo eterno en cotidiano

que conviven sin miedo con la muerte

que luchan cuerpo a cuerpo con la suerte hasta lograr

que coma dulcemente de sus manos.

A la Sandra, la Xica, la Claudia, la Paola y la Carola....... todo mi amor.... que bálsamo haberlas conocido!!!!!!