Tuesday, December 19, 2006

Sólo yo podía cagarlas tanto

18:40 horas del día de ayer (Lunes 18 de Diciembre del 2006), en el Auditorio de Inacap, nos entregarían el reconocimiento a las personas que participamos de la weaita de Conace, con él, con el suave, y yo obviamente, me preparé para ocasión, me peiné de manera especial, sin que se notara, pero que me diera algún aire de indiferencia a su mirada, me vestí con un camiseta con escote moderado, para que cuando él mirara, quedara con ganas de ver más. Yo estaba dispuesta a mostrar, pero ya no sería objeto público, sería una entrega de alma a alma, tal como cuando me soñé junto a él y él me consolaba. Y ahí fue, llegamos y ya habían entregado los diplomas y no era posible, porque yo llegué a la hora, pero claro, me habían dado mal los datos. Y así fue como la ceremonia a mi llegada, se estaba terminando y se terminó, pero él, me vió y me subió los hombres tan cálidamente como si relamente sintiera el no poder entregarme el diploma y me llamó adelante y yo toda diva, camino, sonriente, con ojos tímidos pero con paso amenazanate y en eso subo, y en un dos por tres, desaparezco del mapa, me caigo en los pies del Octavio y quedo tirada en el escenario, con un público mirándome y yo sufriendo por el bochorno pero más por el dolor.

Sunday, October 22, 2006

Hoy lo vi y tenía un rostro ajeno al que yo amaba

Claro, tal cual dice la canción, lo ví. En realidad yo no lo ví primero, lo vio mi mamá y cuando pronunció su nombre me di cuenta quien era. Era él. El irreconocible, el pintoso, el encachado, el jefe, el pelos con gel, el de ambo oscuro, el de impecable camisa blanca, el que tenía una argolla de compromiso. Claro era él, el que yo algún día amé y de un día para otro dejé de amar. Claro, era él, quien robó un par de pájaros para mi pajarera. Era él, quien me regaló una pajarera para mi cumpleaños. Era él, el pololo que tenía cuando llegó la Connie a la casa de mi madre. Era él, quien una vez rayó con spray todo el camino que yo hacía hacia la universidad diciendo que me amaba. Era él, quien debió mamarse mi cara de burro, cuando conocí a sus padres. Era él, quien me acogió en mis momentos de tristeza. Era él, quien me hizo una página web. Era él, el que usaba pelos en la cara y tenía pelo largo y liso. Era él, sí, era él. Pero estaba cambiado, estaba más alto, estaba demasiado serio. Seguramente lo estaba porque la situación lo ameritaba (nos encontramos en un funeral).
Pero como mi mente trabaja más rápido que mis actos, empecé a tramar todo un montaje, para quedar en todo momento cerca. Necesitaba mirarlo y decirme que no estaba tan bonito como lo estaba viendo. Que no me causaba lo que en ese momento me estaba causando. Pero terminé por convencerme que en realidad había dejado ir a alguien que en ese instante me removía alguna que otra hormona. Así llegamos al cementerio y mis ojos centinelas buscaban su presencia, hasta que lo encontraron y no sacaron su figura de mi horizonte. Vinieron los dircursos, yo mirándolo, el ni me pescaba. Vino la Marsellesa del PS y siguía sin pescarme, vino todo y no me pescó.
Sólo cuando nos tocó la despedida, él me abrazó, como si fuera la última vez que lo fuera a ver en libertad (por la argollla digo yo).
Al fin puedo respirar de no tener esa imagen en el horizonte mío, de lo contrario, mi cabeza habría planeado poder morderle el hombro, para sentir su carne trémula en los labios que pronuncian su presencia, pero se callan el nombre.

Saturday, October 14, 2006

Y mi Germán?

Hace rato ya vengo escuchando historias de pololos, pinches, amantes, patas negras o como se le quiera denominar con algo en común.................... se llaman Germán. Casi todos hombres guapos..............claro es difícil que ese nombre que trae consigo virilidad, protección, masculinidad, solvencia, (entre otras cosas) no tenga un buen envoltorio. Germán, Ger-Mán, El Man, Man, Él, en definidas cuentas un mismo sonido para un hombre alto, con amazonía razonable en la antártida de su faz. De maduros 45 años, de solos 45 años, de estudiados 45 años y quizás más, en muchos casos más, como el Germán de hoy, que por lo menos tenía 65 sociólogos años, pero que el mar de sus ojos me dijeron que aún tenía tiempo de ser joven, entre una multitud de canas y pestañas que no dejaban lubricar los ojos jubilados que imperaban en esa sala. Sala ue por lo demás estaba hedionda a discurso añejo, hedionda a arreglo de bigotes, hedionda a un cuento que todos se lo saben, pero no conocen la ética.
No me debo desviar de Germán, no me debo desviar de Germán, no me debo desviar de Germán, ayyyy Germán, te recuerdo en todas tus formas, te recuerdo en todas tus entonaciones, te recuerdo de varias edades. Será que todos los Germanes me habrán gustado? Será que sin cruzar palabras con algunos de esos Germanes ya siento como se rien de mis tonterías? Se ríen de mí? Se ríen de mi inmadurez? Se ríen porque les gusto y quieren caerme en gracia? Será acaso que les gusta el par menos de décadas que yo porto? O será que yo trato de gustarles? Nuevamente me confundí. Germán, tal como suena, símbolo de masculinidad absoluta, símbolo de olor a cuerpo de hombre, símbolo de una pareja que tira toda la noche y este hombre con todos los problemas que comienzan a tener los hombres de 45 para arriba, se seinte comprendido por esta moza que hace confundir su pelo con su antártida amazónica.

Sunday, October 08, 2006

Que penosa situación !!!!!!

Viernes 6 de Ocutbre y yo toda ansiosa porque la actividad saliera de primera. Gastos de plata en comida, en ropa, en bencina, en maquillaje y en otras cosas. Vestida de jeans, llego con la Xica a ordenar el lugar que me pidieron que ordenara, nuevamente la Xica me ayudó y piolamente comentábamos acerca de los minos que no llegaban. El de ella, hijo de una amiga, el mío, casi un compañero de trabajo. Ambos, con ojos rasgados, ambos con acento extranjero, ambos simpáticos y atractivos, ambos no nos pescaban. Nos saludaban, nos miraban porque no había más para mirar, pero dudo que en ese momento nos pescaran. Debí cambiarme ropa, me vestí de riguroso negro, con unos tacos imperdonables, que hacían de mi destino una fatalidad.
Me dejaron en la puerta, haciendo de recepcionista. La Xica se quedó en la cocina (como si no le tiritaran las manos). Mis pobres patitas me pedían auxilio. Empezó a llegar la gente, gente cualquiera y gente muy importante, gente linda y gente fea, gente con mucho dinero y gente muy pobre, en general llegó mucha gente. Llegó la invitada del que me mueve la hormona, menos mal que era vieja y tenía una hija (espero no quiera hacerse cargo), pero él, no llegaba nunca. Lo ví, no me vio, lo miré, no me miró. Hasta que se me ocurrió inventar una ida a la cocina para poner orden, ahí me topé con él, pero como había que hacerse la interesante, no lo miré y el hizo sonar mi nombre en sus labios. Me di vuelta y respondí a su llamado con una generosa sonrisa y casi una obvia felicidad, le dije hola y seguí adelante. Me paseaba a cada rato por delante de su nariz, a cada rato interrumpía su horizonte, a cada rato, quise estar presente ante sus horizontales ojos. Creo que lo logré. Llegó la hora del cocktail, fue a la cocina, ayudó, nos reímos, me abrió una botella de vino, algo me entrgó en la mano, de ahí no lo ví sno hasta el final. Ya mis pies se habían rendido y debí cambiar los elegantes tacos españoles, por unas condoritas niponas. El riguroso negro, no pasó más allá de esa cocina, que me esclavizó lavando vasos y dando alguna que otra orden. Así llegó el fin del cocktail, así llegó el fin de nuestro cruce de miradas.
Sábado 7 de Octubre, llegamos con la Xica a las 10 de la mañana, él, nuevamente no había llegado, y yo ya estaa ansiosa por verlo. De repente sólo cuando estaba vistiendo a alguien, él, timidamente me miró, sin querer desconcentrar de mi labor, obviamente yo lo saludé, ahora con una sonrisa más que generosa, ahora con un fuerte HOLA. Pero él todo respetuoso, se fue. Más tarde, cuando ya había calmado mi ansia por verle pasar, me lo topo de nuevo, con su polera blanca, sus pelos engelados, su banano y otros accesorios. Nuevamente nos miramos y nos sonreímos. No pude verlo como yo quería, no pude detenerme para poder hablarle, no pude cruzarme para que me mirara. No era el momento, no era la situación perfecta. Cuando cerramos el negocio él apareció regalándole una flor a una amiga (snif), que según ella, era para mi, pues él habría estado detrás mío, pero como nunca me di vuelta, se la dio a ella. Bajón de porotos. Se terminó, no tengo más oportunidad de verlo, pero alargué todo el tiempo para respirar de su aire, para estar dentro de su ambiente y cuando llegó la despedida, él nombró mi nombre y me dijo adiós. Pero como no me iba a dar por vencida, me volví al baño (las ganas me mataban) y me pasee por delante de él. Nuevamente no me pescó y para colmo, cuando nos vamos, lo logro divisar saliendo con una rubia de verde. Casi me morí. Y recordé nuevamente a mis barbies Mattel, en ese momento quería ser rubia perfecta..............

Saturday, September 30, 2006

Saudade

A esta altura comienzo a pensar de manera recurrente el por qué nacer mujer, significa marcar tantos momento de la historia con signos y símbolos que nos hacen deambular de un lado a otro, encontrarnos tantas veces con miles de caras distintas, pero en un mismo cuerpo.
Mi primera muñeca con cara de bebé verdadero (no esas plásticas que las muerde el perro) la tuve cuando tenía apenas 7 años y recuerdo bien donde vivía: Cerro Barón. Ahí empecé a soñar que alguna vez me casaría con un hombre alto, de piel clara, ojos claros y tendría una guagua como mi muñeca. Ya más grande, esta muñeca no me gustó, porque mi hermana tenía una muy linda, casi de mi porte, que caminaba sola, le crecía el pelo, cantaba, recitaba, era rubia y tenía los ojos celestes......... justo lo que yo quería ser. Así que como no tenía esa apariencia física, empecé sólo a fijarme en muñecas con esos colores, no quería recibir otro tipo de muñecas, nunca me gustaron las de pelo oscuro a pesar de que podían estar más cercanas al color que tendrían mis hijos o hijas. Con más edad, quise tener barbies, pero por ningún motivo barbies falsas, es decir, que no fueran Mattel, porque el resto era para las cabras pobres, las que no tenían y yo no sé si tenía mucho, pero necesitaba creer que tenía, necesitaba creer que yo no era menos que nadie. Obviamente mis barbies siguieron siendo rubias, pero a esta condición se agregaron otras............. eran altas, de pelo liso brilloso, labios color rosa, maravillosa dentadura, ojos azules (ya no celestes) y muy delgadas, con un cuerpo envidiable. Quise ser como ellas, quise ser rubia, quise ser flaca, quise tener piernas y tetas perfectas, pero no me daba cuenta que sólo tenía 9 o quizás 10 años, que apenas estaba en Quinto Básico, que los niños aún no me miraban, que yo tampoco los miraba a ellos, pero ya me llenaba de pretenciones, inconcientemente me preparaba para poder ser gustada por alguien. Empecé a encrespar mis pestañas que siempre han sido largas (con el tiempo y de tanto aplicar cuchara en ellas se han ido achicando) y me dí cuenta que por lo menos para mis ojos, estos dos luceros eran más bonitos. Pero me mantenía en ese trance, en jugar con las barbies, en encresparme las pestañas y pintarme la boca, seguí jugando, pero cada vez las barbies hacían cosas que comunmente hacía la gente adulta. Ahora le había agregado a Ken, quien compartía cama con ella a pesar de nunca yo haberles celebrado su matrimonio. Así pasí un año más o menos, hasta que definitivamente mi inclinación se manifestó por los brillos de labios y esos accesorios, para hacer más resplandeciente mi cara de niña. Sumé a eso, unas pocas notas en la guitarra de marca Gianinni de mi papá (que dicho sea de paso, aún está en la casa de ellos) y comenzaba a corear las canciones de Sol y LLuvia: adiós carnaval adiós general, luego a Silvio Rodríguez con su rabo de nube y más tarde queriendo tomar conciencia junto a Schwenke y Nilo y los datos de la unicef donde le decía a mi vida que para ese tiempo: 7 niños en el mundo ya no tenían qué comer...... y yo podía hacer el ejercicio en mi cabeza de ver a un niño moreno, con cachetitos rojos partidos, pantalón azul, jersey rojo tejido a mano(que muy probablemente no había sido su único dueño) y sus zapatos de colegio, entonces empezaba a pregonar acerca de la izquierda, según como yo la entendía, empezaba a criticar a Dios, a quien jamás me lo presentaron y en algún momento casi me obligaron a adorarlo (menos mal que me escapé de esa), empezaba a cuestionarme la vida, la injusticia, el mundo, el dinero (vil dinero) entre otras cosas. Pero mi lucha por los derechos de los que nadie conoce (porque según mi paso por la historia de mi vida: nadie tiene un pariente pobre y si lo tiene, lo es en cuarto grado), fue quedando truncada, porque ahí empecé a enamorarme, me gustaban los cabros, me gustaba que me miraran y yo por supuesto necesitaba ser coqueta o simpática o por último desordenada para llamar la atención de ellos. Así fue cuando llamé la atención de quien ya había llamado la mía: el Mauro. Toda felicidad de aquel entonces era atribuible a él, fue mi primera carta de amor, me conseguí su dirección y le escribí, me llamó por teléfono, lo llamé, nos juntamos en Febrero después de haber estado en Colliguay acampando cada cual con su respectiva mamá en un paseo de curso. Nos juntamos cerca del borde costero, no porque fuera romántico, sino porque me daba vergüenza que alguien supiera que me iba a juntar con un niño (yo iba a Octavo Básico y él a Segundo Medio), nooo que vergüenza, mi familia me iba a pregutar quién era, cómo le iba en el colegio y muchas cosas más que por ningún motivo estaba dispuesta a responder. Ese día fue mi primera emoción, mi primero beso, una vergüenza terrible, yo nunca había besado a alguien, menos uno con lengua (guácatela), y si mi beso no le había gustado?, y si pensaba que daba besos malos?, y si nunca más me quería ver?, todas esas películas me pasé y me puse un poco a llorar y le dije que me sentía culpable (mentira) porque yo no quería darle ningún beso, ya que supuestamente me gustaba otroo cabro(demasiado mentirosa, nadie me creyó) Así pasó ese año 1991, feliz de andar con el Mauro, con quien nos hacíamos los tontos en el colegio, no nos saludabamos, pero él junto con sus amigos, me tiraba alguna talla y yo me ponía roja, morada, vermellón, y solía responder con una sonrisa........ en realidad con una muy tímida sonrisa. Prefiero no recordar por qué este bonito primer amor sólo duro hasta Julio de ese año. En realidad uno se atonta, una se pone imbécil y los cabros que la mamá le dice que no le conviene, una los busca y se deja buscar por ellos...... en definidas cuentas eso me pasó con el Mauro (que ganas no me faltan de poner su apellido, pero por el profundo respeto que le tengo, me lo guardo). Así pase mis años en el colegio, conciendo y desconociendo amores y desamores. Pasé la universidad y ahí vuelvo a detener el reloj de mi historia, porque el dolor más grande me lo causó él, sabe perfectamente quién es, sabe dónde habita, él, quien nunca me consintió, él que era más bien un tipo frío, simpático, alto, moreno y a veces es mejor no dar más datos. Ahí se apareció este hombre, que dejó a mi alma en un estado catatónico, porque sólo quería mirarlo a el, sólo quería escucharlo a él, todo lo quería con el. Pero como toda película dramática, un día, sin previo aviso.............. me dejó, sin dar una explicación clara, si dejar si quiera un poco abierta la puerta para poder ir al luto que se aproximaba, así que debí respirarlo mil veces............... sin siquiera imaginar como mi alma comenzaba a vagabundear por el espacio, tratando de traer bálsamo a mi corazón que ya pronto me reventaría la garganta. Era él.............. mmmmm........yo sé que él era quien debía calmar mi pena, quien debió abrazar mis abrazos, quien debio besar mis besos................ pero fue el quien me dejó sumida en un bajón que duraría un par de meses y si no es por mi amiga, quien debió aguantar durante ese tiempo todas las noches una hora de llanto, una hora de mocos tirados a una bolsa, una hora de pena. Pobrecita ella, debió contenerme (con lo difícil que soy yo) con todas sus fuerzas y yo no me daba cuenta que arrasaba con su paciencia, con su tiempo, con su buena voluntad. Abusé, eso hice, abusé de ella. Aunque se que ella no lo siente así, espero me perdone ese tiempo de llantos, de dolor (porque de verdad me dolía la garganta y el pecho), de pocas risas, de contención, si no fuera por ella..... jajajaja seguramente estaría escribiendo lo mismo por otro hombre. Ayyyy Señor y así fue pasando el tiempo, caía en trampas, caían en mis trampas. Se hacían los lindos y me hice la linda(muchas veces por eso no me pescaron más). Y ahora estoy acá, tratando de hacerme nuevamente la linda, no con uno, sino con varios, que han sido tan poco atinados, tan poco jugados, tan poco ansiosos, tan poco hombres (hablo desde las vísceras). Porque es cierto que hay algunas cosas que espero que pase mínimo una semana, pero para darme un par de besos, no hay que esperar más de unas 5 horas, sino, eso no da resultados. Jajajaja, sancando cuentas, creo que tendré que esperar más de 5 horas, porque ya nada está resultando.

Sunday, May 07, 2006

Malva Marina


Malva Marina
que quieta esperas
el recorrido que te
lleva en este nuevo
viaje al mar que
conociste e hiciste tuyo
en un lugar lejano.

Este pequeño poema lo escribí yo, cuando se celebró el natalicio de Pablo Neruda y en alparaíso se hizo el poema más largo del mundo.
Por supuesto, que aunque le duela a muchos, decidí escribir a Malva Marina......... la hija olvidada de Neftalí Reyes. Porque me causó rabia el cómo este hombre que todos lo endiosan, dejó literalmente botada a su hija y cómo la llamó: Un ser perfectamente ridículo !!!
Malvita, espero poder encontrarte en Febrero en el sitio donde descansas ............... has que llegue a tí ............ pues te busqué durante un año y cuando supe donde estabas, me prometí visitarte.